El libro es el resultado de un segundo viaje a Barcelona que el historietista japonés realizó en mayo pasado tras recibir la sugerencia de una editorial de su país de explorar sus afinidades con España y con la obra del modernista, según informó el sitio digital del diario español El País.
En "Pepita" aparecen dibujos de árboles sinuosos, hojas arrugadas, tortugas, salamandras y peces dibujados con la técnica de colores fragmentados del trencadís. Una gran mancha de tinta que chorrea sobre un papel invertido, forma una Sagrada Familia fantasmagórica por la que transita el anciano Gaudí.
Sin llegar a desarrollar secuencias de manga, Inoue describe con gráficos detalles poco divulgados de la vida de Gaudí, como la influencia del oficio de calderero de su padre a la hora de concebir volúmenes considerados imposibles para las técnicas arquitectónicas de su época.
Inoue dedica un sitio de honor a los encuentros con Pepita, la única mujer fuera de la familia que se conoce en la vida del arquitecto y quien, pese a simpatizar con él durante varios años, declina su propuesta de matrimonio.
Uno de los episodios centrales del libro es la visita de Inoue al taller de la Sagrada Familia donde el escultor Bruno Gallart lo invita a escribir una frase en japonés para tallarla en una de las fachadas del templo en la que figuran las peticiones del Padre Nuestro en varios idiomas.
Consciente de las implicaciones de que un artista no creyente deje su huella en el monumento religioso más visitado de España, Inoue titubea y luego se convence a sí mismo con una reflexión que a su manera le permite acercase más a la filosofía de Gaudí.
"Al no ser creyente y no conocer los evangelios dudé si era yo la persona más apropiada. Pero luego me di cuenta de que, al igual que Gaudí, yo creo en algo que está fuera de las religiones y dentro de la naturaleza. En las divinidades que están en los seres vivos, como los árboles y los animales".