Este 28 de septiembre, en el Día Internacional del Acceso Universal a la Información, la pregunta resuena con fuerza. No se trata solo de tener internet, sino de poder consultar, entender y utilizar la información pública para tomar mejores decisiones, exigir nuestros derechos y construir una sociedad más transparente y justa.

El acceso a la información es un derecho humano fundamental, una herramienta clave para el desarrollo académico y ciudadano. Para los estudiantes, es la base de la investigación y el conocimiento crítico. Para el público general, es el pilar que sostiene la democracia, permitiendo fiscalizar a los gobiernos y participar activamente en los asuntos públicos. Saber es poder: poder elegir, poder cuestionar, poder proponer.

Este año, la conversación global se centra en la importancia del acceso a la información ambiental en la era digital. Desde la calidad del aire que respiramos hasta la gestión de los recursos naturales, tener datos abiertos y a tiempo es crucial para enfrentar la crisis climática y promover un desarrollo sostenible. La tecnología debe ser una aliada para que esta información vital llegue a todos los rincones, empoderando a las comunidades para que defiendan su entorno.

Sin embargo, los desafíos persisten. La desinformación, las brechas digitales y la falta de transparencia en algunas instituciones son obstáculos que debemos superar. Como ciudadanos y futuros profesionales, es fundamental conocer las leyes que protegen nuestro derecho a saber y utilizarlas. La curiosidad y el pensamiento crítico son nuestras mejores herramientas.

Este día es un recordatorio de que una ciudadanía informada es una ciudadanía empoderada. El llamado es a ser curiosos, a preguntar, a investigar y a defender activamente el acceso a la información como un bien común indispensable para nuestro presente y futuro.

El tema de la Conferencia Global de 2025 sobre Acceso Universal a la Información es "Garantizar el acceso a la información ambiental en la era digital".