En el documental Cholet, del director Isaac Niemand, se examina la obra del ingeniero Freddy Mamani en El Alto, La Paz, que ha iniciado toda una revolución edilicia con su neoarquitectura andina.

Al igual que este film, sus vistosas construcciones proponen una conexión entre arquitectura e identidad cultural y una visión del pueblo aymara hacia el resto del mundo.

Mansiones que hacen del ornamento una declaración de principios, con colores repartidos por cada metro cuadrado, donde las fachadas y los salones vienen a anunciar el orgullo aymara en versión pop.

Otra sólida propuesta del BAFICI es Moriyama-San, de Ila Bêka y Louise Lemoine.
El documental invita a pasar una semana en compañía de Yasuo Moriyama, un excéntrico e iluminado sibarita del arte, la arquitectura y la música de cincuenta y tantos años.

Moriyama-San? vive en la Casa Moriyama, uno de los edificios funcionales más famosos del mundo, un bloque estrecho de tres pisos y diez bloques de tamaño unipersonal de los que Yasuo ocupa cuatro.

Ila Bêka y Louise Lemoine se aplican a la dura tarea de rodar la existencia de un diletante que se viste con vanidosa vagancia.

Hacen foco en su exquisita forma de leer acrobáticamente tumbado en el piso, donde también duerme sin almohada, y en sus ojos cerrados escuchando música noise.

En cambio, en Tudo é projeto el protagonista es uno de los más eximios arquitectos vivos de Brasil, Paulo Mendes da Rocha.

En este íntimo film, de Joana Mendes da Rocha y Patricia Rubano, el maestro delibera acerca del urbanismo, la naturaleza, la humanidad, el arte y la técnica.
A su vez, recorre su carrera y pensamiento a través de entrevistas realizadas a lo largo de diez años por su propia hija.

Por último, en Rabot, Christina Vandekerckhove narra la historia de una torre de viviendas sociales a punto de ser demolida.

Su ópera prima sigue de cerca a varios de los ocupantes en sus últimos meses de vida allí y descubre desgarradores relatos de amor, soledad y pobreza en el corazón opulento de la sociedad occidental.

Ambientada en los bloques que constituyen las hoy abandonadas torres Rabot, en Ghent, Bélgica, este documental es tan épico y atrapante como los mismos edificios.