El inmenso Pabellón de Exposiciones del museo, recibe al espectador prácticamente en penumbras, ya que la mayoría de las obras se activan con el toque de un botón que ponen en funcionamiento la magia de estas piezas pertenecientes a la colección del museo, a las que se suman obras de colecciones particulares y otras instituciones.
La exposición señala la importancia del arte cinético argentino a través de tres instancias decisivas de su historia: la primera es el impacto que tuvo sobre el ambiente artístico local la exposición del húngaro-francés Víctor Vasarely de 1958 en el Museo de Bellas Artes, durante la gestión de Jorge Romero Brest.
Horacio García Rossi, Luis Tomasello, Jorge E. Lezama, Hugo de Marziani, Jorge Luna Ercilla y Juan Carlos Romero son algunos de los creadores que buscaban mostrar la inestabilidad en la composición que se produce ante el contraste extremo de blancos y negros, la superposición de tramas y otros efectos que virtualmente dan la sensación de movimiento.
La segunda instancia, caracterizada por las exploraciones óptico-cinéticas, tiene su anclaje en la creación del Groupe de Recherche d´Art Visuel, el GRAV (París, 1961) y la consagración del arte cinético, a través de piezas de “recursos muy sencillos, muy pobres y, a la vez, muy poéticosâ€, desgrana la curadora, mientras señala un trabajo del emblemático Julio Le Parc, pequeños acrílicos que penden de un hilo sobre un fondo rojo, donde el movimiento es dado por el aire que lo circula.
La muestra corona además una brillante trayectoria de 27 años de María José Herrera, quien dejará de ser parte del staff del Museo Nacional ya que -según anunció Alonso- pasará a ser la directora del futuro MACBA, un museo dedicado al arte del siglo XX y contemporáneo, que abrirá sus puertas en avenida San Juan 328, junto al Mamba, antes de que finalice el 2012.
"Real/Virtual†se podrá visitar hasta el 19 de agosto en avenida del Libertador 1473, con entrada libre y gratuita, de martes a viernes de 12.30 a 20.30 y los sábados y domingos de 9.30 a 20.30.