Pese a tener problemas de salud desde hace años, su muerte el miércoles a los 56 años ha desatado una conmoción mundial mientras mucha gente recuerda cuánto ha hecho para transformar los mundos de los ordenadores, la música y la telefonía móvil, cambiando el modo en el que la gente se comunica y accede a la información y el ocio.
Tras abandonar la universidad, Jobs viajó a India buscando una guía espiritual antes de fundar Apple, un nombre que él sugirió a su amigo y cofundador de la firma Steve Wozniak después de visitar una comunidad en el estado estadounidense de Oregón a la que se refirió como un "huerto de manzanos".
Con su pasión por el diseño minimalista y su genio comercial, Jobs cambió el curso del negocio de los ordenadores personales durante sus dos períodos en Apple y transformó al mercado de la telefonía móvil.
Carismático, visionario, implacable, perfeccionista, dictatorial. Esas son algunas de las palabras usadas para describir la mítica figura de Jobs, quien quizás sea el mayor visionario que tuvo el mundo de la tecnología pero al mismo tiempo destacó como un duro hombre de negocios.
Bill Gates, cofundador de Microsoft y en el pasado su gran rival, lo llamó la persona más inspiradora de la industria tecnológica y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo señaló como la encarnación del sueño americano.
Es difícil imaginar una historia de mayor éxito que la de él, pero el rechazo, el fracaso y la mala suerte han sido parte de quien llegó a ser. Jobs fue entregado en adopción al nacer, lo despidieron de Apple a mediados de la década de los 80, y el cáncer lo atacó cuando finalmente había vuelto a la cima.