La alfabetización, una inversión imprescindible
La alfabetización y la educación son cimientos sobre los que se puede construir un mundo mejor. Las personas que saben leer y escribir están más capacitadas para elegir y llevar una vida más plena. Son personas más libres, trabajadores más productivos e individuos menos expuestos a la miseria y con mayor facilidad para adaptarse a nuevas circunstancias. El desarrollo económico, el progreso social y la libertad de los seres humanos dependen del establecimiento de un nivel básico de alfabetización en todos los países del mundo.
Uno de los grandes desafíos que permanecen es la alfabetización de las mujeres, marginadas históricamente del acceso a estos conocimientos. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la inversión en la educación de las niñas y la consiguiente capacitación de las mujeres se traducen directamente en una mejor nutrición, salud y rendimiento económico para sus familias, sus comunidades y, por último, para sus países. De hecho, resulta más eficaz incluso que la inversión en educación masculina.
El 19 de diciembre de 2001 la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró el Decenio de la Alfabetización comprendido entre el año 2003 y el 2012 con el objetivo de erradir el analfabetismo de manera definitiva, por lo menos en lo que se refiere a educación primaria. El día internacional de la alfabetización es también el día del crecimiento económico, íntimamente vinculado a sociedades con bajos índices de analfabetismo. Los países que más han avanzado lo han hecho paralelamente en su sistema educativo secundario y universitario. La alfabetización garantiza más posibilidades de inclusión y de movilidad social, de crecimiento económico, de erradicación del trabajo infantil y la explotación. La alfabetización es un derecho humano fundamental y una necesidad para las sociedades.