A pesar de que este día oficial fue declarado por la UNESCO en su Asamblea General en diciembre de 2015 y conmemorado por primera vez en 2016, lo cierto es que su historia empieza mucho antes, exactamente en el año 2002. Entonces se le conocía con el nombre de Día del Internacional del Derecho a Saber. No fue hasta 2012 cuando la Internacional de Defensores de la Sociedad Civil le cambió el nombre al que conocemos en la actualidad.

El derecho a la información es un derecho humano, que resulta ser el componente clave para el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión.

Este derecho consiste en que toda persona puede buscar cualquier tipo de información de interés que se encuentre en poder de entidades, organismos y empresas públicas, mientras dicha información no sea clasificada o de acceso restringido según las leyes de su país.

En realidad, el derecho a la información es la base para muchos otros derechos civiles y universales, puesto que no solo garantiza que los seres humanos estén en pleno conocimiento de la verdad, sino que además, exige la transparencia en las gestiones de los gobiernos para evitar crímenes de lesa humanidad y actos de corrupción, por nombrar algunos ejemplos básicos.