Esta celebración fue impulsada por el Consejo Nacional de Educación, en 1935, y desde entonces -con diversas alternativas- está incluida en los calendarios escolares y las efemérides patrias.
El origen de la escarapela y sus colores no puede establecerse con precisión. La versión más aceptada es que el 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano propuso que se creara un símbolo nacional para unificar los colores del ejército, dado que hasta entonces los distintos cuerpos militares utilizaban diferentes distintivos. Días después, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste. Se dice que esos colores aluden a la Casa de Borbón, del rey de España Fernando VII.