Las adolescentes en todo el mundo enfrentan numerosos problemas. Muchas son consideradas por las comunidades donde viven o sus padres que están preparadas para el matrimonio o la maternidad. Un gran número de ellas se ven obligadas a dejar las aulas, lo que perjudica a sus perspectivas de futuro.

Incluso para aquellas que permanecen en la escuela puede ser difícil acceder a información básica sobre su salud y sus derechos humanos y reproductivos, lo que las hace vulnerables a enfermedades, lesiones y explotación. Esos retos son aún más graves para las adolescentes marginadas, incluidas las que pertenecen a minorías étnicas, asi como para las que viven en la pobreza o en áreas remotas.

Sin embargo, cuando se fortalece a las adolescentes, cuando conocen sus derechos y se les brinda los medios para triunfar, se convierten en agentes de cambio positivo en sus comunidades.