El Gobierno porteño presentará la reparación de la estructura metálica ubicada a metros de la Facultad de Derecho, que mide 22 metros de alto y pesa 24 toneladas.

Los trabajos, que comenzaron en septiembre del año pasado, incluyeron el arreglo del pistón subterráneo, que permite que los pétalos se abran y alcancen un diámetro de 32 metros; el apuntalamiento preventivo de cada uno de los seis pétalos; el arreglo de los motores de la fuente que rodea a la escultura; el control de los sensores de viento y agua que hacen que los pétalos se cierren cuando hay mucho viento y lluvia; y el refuerzo de las estructuras con placas de aluminio y soldaduras, para que puedan soportar fuertes tormentas.

La Floralis Genérica funcionó brevemente luego de su inauguración en 2002, hasta que el mecanismo se rompió debido a que uno de los pétalos fue vencido por una sudestada. Desde entonces, los intentos de reparación fueron infructuosos pues la empresa que la había construido, Lockheed Martin Aircraft, se había ido del país. En el medio, el diseñador de la escultura, Eduardo Catalano, falleció, por lo que tampoco se pudo acceder a los planos. Sin embargo, el año pasado, con el apoyo de la empresa OCA y el soporte técnico de la UTN, fue posible reconstruir el diseño original.