Cargando...
 
Imprimir





150º aniversario del MARTÍN FIERRO


En 2022 se celebra el 150° aniversario de la primera edición de "El Gaucho Martín Fierro", de José Hernández.

«Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo»

Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás


En 1872 José Hernández escribe “El gaucho Martín Fierro”, un poema escrito en verso donde narra en lengua gaucha el reclutamiento forzoso al ejército, la vida en los fortines, el destierro, las vicisitudes de Fierro tras ser separado de su familia y su solitario recorrido, entre la vihuela y la viruela.

La primera edición de este poema la realizó la imprenta La Pampa de la ciudad de Buenos Aires. Publicación con características de modesto folleto, conformado por setenta y ocho páginas con tapas azules y papel rudimentario, destinado a letrados e iletrados.
El escrito de Hernández era a su vez acompañado por "Memoria sobre el camino trasandino" mencionado en la portada, donde se hablaba de un ferrocarril que Chile y Argentina uniría, como símbolo de los cambios que en el país acontecían.

El poema original se completa con una segunda parte titulada “La vuelta de Martín Fierro”, publicada en 1879 por la Librería del Plata, también en Buenos Aires y fue esta edición ilustrada por Carlos Clérice, aunque las primeras tiradas no fueron graficadas.

En 1910 se unen ambas partes en un volumen denominado “Martín Fierro” y permanecerán unidas como si estuvieran marcadas a fuego.
Aunque no sea la obra que a la literatura gauchesca de el punto de partida, sí será considerada como una de las obras fundamentales de la literatura argentina.

En posteriores ediciones destacan las ilustraciones de Adolfo Bellocq en 1930, Osvaldo Svanascini en 1948 y Carlos Alonso en 1960.
En 1962 la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) decide hacer una edición especial del Martín Fierro con ilustraciones de Juan Carlos Castagnino.

Posteriores ediciones cuentan con el arte de Juan Lamela en 1963 y también hay versiones ilustradas por Roberto Páez en 1975, Roberto González en 1978 y Ricardo Carpani en 1999.

En el año 2004, se edita una versión que incluye las ilustraciones a cargo de Roberto Fontanarrosa, ediciones de La Flor encargó al estudio Cosgaya la aplicación de color a las ilustraciones de las escenas y los personajes.

La edición del año 2012 incluye los clásicos y simpáticos dibujos de Florencio Molina Campos y prólogos de Horacio González -Director Biblioteca Nacional- y Don Luis Landriscina, una joya que resulta declarada de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de La Nación.

El Martín Fierro ha sido editado en cientos de ocasiones y traducido a más de 70 idiomas, entre ellos al esperanto y quechua.

Incluso quien no haya tenido oportunidad de leer esta pieza aún, ha de conocer más de un fragmento y posiblemente también haya repetido más de un verso a pesar de no conocer el origen del recitado texto.

La biblioteca cuenta con un ejemplar de la obra, que se puede solicitar por el nº32041 y también se encuentra disponible la versión digital desde el enlace: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/hernandez_jose_-_el_gaucho_martin_fierro.pdf


El gaucho vivió en un rancho

Por esos tiempos “el rancho” era la vivienda de casi todos los habitantes de los antiguos campos pampeanos, cuyos elementos constructivos eran la “paja quinchada”y el “chorizo”.
“Chorizo” se denominaba a la masa de paja y barro con que se levantaban las paredes y “paja quinchada” a la que se usaba para el techo.

La construcción era sencilla, de cuatro horcones consistía, esquineros enterrados en el suelo y unidos a éstos los dos ángulos que formando los mojinetes, las vigas laterales, la cumbrera o línea divisoria de las aguas, y sumadas las “tijeras” se conformaba la superficie de los quinchos techada y sustentada.

Por lo general el rancho de la llanura pampeana era una construcción a “dos aguas” y de una sola habitación constaba, que era dormitorio, cocina y espacio sagrado para toda la familia.
Este tipo de construcción en sus principios, de protección en puertas y ventanas carecían pero con el paso del tiempo cueros secos y maderas, estas aberturas cubrirían.

"… No hallé ni rastro del rancho,
sólo estaba la tapera…".


La “tapera” es como se denomina a los restos de una casa o población la cual ha estado deshabitada por mucho tiempo, durante el cual han corroído la construcción la lluvia y el viento, derribando techos y solo dejando en pie sus paredes con unos cuantos huecos .

El mate, el inmortal y tradicional compañero

La palabra «Mate» deriva del quichua mati y se utiliza para denominar a todos los frutos de las plantas del tipo Lagenaria, sin importar su tamaño o forma, incluye a los poros, porongos, galleta.

Por extensión y con el paso del tiempo, la palabra también se ha usado para llamar a la infusión de yerba mate que se toma con bombilla en un recipiente de mate, propiamente dicho, o en cualquier recipiente hecho de algún otro material como madera nativa, vidrio, plástico o silicona.

En la vida del gaucho el mate era central

"Y sentado junto al fogón,
a esperar que venga el día,
Al mate se prendía,
hasta ponerse rechoncho,
mientras su china dormía
tapada con su poncho".


La infusión que es tradición, verde como la llanura pampeana aunque su origen sea la tierra rojiza, en cada sorbo su ingesta desafía la gravedad así como las venas que la roja sangre bombean.

La tradicional ronda colectiva la cual en tiempos del Martín Fierro alrededor del fogón sucedía y en la cual la ceremonia del mate sucedía, aunque esté modificada perdura hasta nuestros días.
Ese ritual que se vio alterado en pandemia y adaptado previamente… la típica imagen de la pava al fuego es suplantada por pavas eléctricas y relucientes termos importados, yerbas tradicionales y orgánicas son parte de la actual y nueva forma de experimentar el mate, sea cual fuere la materialidad del artefacto contenedor de la yerba que llegó a ser emoji sigue siendo insignia nacional.

Las pilchas

Si tuviera que definirse el término “Pilchas” se podría decir que se trata de todas las prendas de uso, esta palabra que ya era utilizada allá por el siglo XIX y sigue vigente en la actualidad, da el puntapié inicial para hablar sobre algunas características generales en el vestir del gaucho.

De remontarse a la época del Martín Fierro, “las pilchas” abarcan no solo a las prendas de vestir del gaucho sino también al apero.

Para ese entonces dos factores eran muy importantes, que las prendas fueran funcionales para el adecuado desarrollo de sus tareas en el campo y que fuera factible su obtención. Si bien el atuendo del gaucho se fue modificando con el tiempo, su conjunto característico se conformó a partir de combinaciones de artículos indígenas y europeo-criollos.

¿Y cómo obtener esta información tan antigua y específica si para ese entonces no existían ni Instagram ni Tik Tok? Es simple, existen registros indicando, que a partir de la Revolución de Mayo numerosos artistas provenientes del exterior, comenzaron a visitar el Río de la Plata, y capturaron en sus dibujos y relatos las numerosas tradiciones de la región.

Pinturas, diarios de viajes, fotografías y correspondencia se convirtieron en fuentes históricas valiosas para conocer y comprender, entre otras cosas, no solo cómo eran las pilchas principales que componían el conjunto del gaucho sino también qué uso específico se le otorgaba a cada una de ellas.

De pies a cabeza, el outfit gauchesco estaba compuesto por:

La bota de Potro, un calzado rústico, sin costuras, que se ajustaba en la pierna y el pie.
El orígen de esta prenda es resultado de la extracción de las extremidades posteriores de burras, potros, terneras o vacas. Generalmente se cortaba dejando los dedos al descubierto pero en algunos casos, la bota era cerrada y se usaban con medias de lana o algodón. Su función principal era la de proteger los pies, pero también eran muy funcionales para sujetar las espuelas.

Las espuelas son el instrumento que se usa para accionar o dirigir los movimientos del caballo, podían ser de bronce, plata o hierro forjado. Los plateros indios nunca pudieron competir con los criollos, y por ese motivo este objeto se convirtió en un importante objeto de intercambio.

El chiripá, un complemento de la bota gauchesca. Era usado por encima de los calzones cribados. La manera de levantar el borde inferior o posterior hacia adelante y arriba, entre las piernas, y atarlo debajo de la faja sobre el vientre, es posible que fuera una modificación introducida por los gauchos ante la necesidad de andar a caballo.

El calzón cribado, podría describirse como una prenda de primera piel. Constituía una tipología cosida y cerrada, que podía ser de géneros como el algodón y el lino.

El tirador es el reemplazo de la cincha. Utilizado para sujetar el chiripá y el calzón a la cintura, su materialidad era de cuero.

El facón, arma, herramienta y objeto suntuario. Cuchillo de variados tamaños y empuñaduras, los cuales reflejaban la personalidad de quien los portaba.

La camisa, y su complemento el chaleco. La camisa hecha de algodón o lino, solía ser holgada para otorgar libertad de movimientos.

El poncho, la prenda infaltable. Amplio, abrigado y holgado, cumplía con todos los requisitos para ser una prenda cómoda, práctica para cabalgar, ideal para cubrirse de las tormentas, la intemperie y para usarla anudada como defensa en peleas con arma blanca. El más característico era el poncho Pampa y generalmente solían estar confeccionados con lana de oveja y vicuña.

Prenda de herencia española, luego de la conquista recibió la influencia de las culturas tejedoras de México, Centroamérica y Sudamérica. En Argentina, los ponchos provenían de las provincias del noroeste, siendo mayormente cordobeses y santiagueños.

El pañuelo y sus múltiples usos. Podía ser estampado o liso, de seda o de otro género más liviano. Comúnmente se lo utilizaba sobre la cabeza, anudado bajo el mentón, bajo el sombrero o como vincha. A veces sirviendo como elemento de protección del sol, para la cabeza y la nuca, o como reparo del rocío, la lluvia o el viento.

El sombrero, el atributo de masculinidad por excelencia. De muchas formas y texturas era indispensable para proteger la cabeza.

Las boleadoras, el arma de guerra y cacería por excelencia.

El rebenque, indicador de mando o poder. Podía encontrarse de variadas formas y materiales.

“... Este se ata las espuelas
se sale el otro cantando,
uno busca un pellón blando
éste un lazo, otro un rebenque,
y los pingos relinchando
los llaman dende el palenque…”


Para completar, vale mencionar que para el gaucho, el caballo era generalmente su única y más preciada posesión. Por eso, la confección del conjunto de prendas con que se equipa a la cabalgadura derivó en un arte. Estos equipos denominados aperos, fueron evolucionando y se convirtieron en piezas complejas y únicas en cuanto a lo utilitario y a lo simbólico de estatus.

“... Poncho, jergas, el apero,
las prenditas, los botones,
todo, amigo, en los cantones
jue quedando poco a poco;
ya nos tenían medio loco
la pobreza y los ratones…”


Martin Fierro, un western criollo

Elementos identificatorios del Western son el paisaje bravío, un protagonista masculino de buena moral pero en pugna con la ley, acompañado de su caballo lleva a cabo su solitario andar… Martín Fierro no representa a alguien puntual ni real, simboliza a un gaucho promedio entre tantos y para ejemplificar en términos audiovisuales está la fiable versión de Leopoldo Torres Nilson.

Aunque sean varias las versiones cinematográficas de este poema en 1968 el ya consagrado director argentino Torres Nilson en su Martin Fierro, obra la cual había deseado concretar por mucho tiempo, gráfica con lujo de detalles la soledad, la injusticia y el derrame de sangre propio de la guerra… serviría de consuelo saber que es algo que no sucede en este ni en ningún otro suelo, porque en toda conflagración siempre, incluso el que gana, pierde.

Al igual que en la pieza de literatura gauchesca, en el film se lo ve a Fierro, un gaucho que transfigurado en soldado, por las circunstancias forzado a luchar una guerra que no es suya sin recibir paga alguna, deambulando la extensa pampeana llanura y batiéndose a duelo a veces con la guitarra y otras con el facón, pero por sobre todo cerca de un porrón.

En el más reciente largometraje, retoma el relato que es solo cuarenta años posterior a la pieza de Torres Nilson una versión, está vez más abierta y pensada para todo tipo de espectador a diferencia de la mencionada en el párrafo anterior.

En la actualidad pensar que la animación “es cosa de chicos” es una enajenación, justamente la plasticidad de la animación permite transmitir con gran expresión y la de José Hernández consagrada redacción, que es una gráfica y concreta, casi cinematográfica de planos descripción, como si se tratase de un cinematográfico guión.

El Martín Fierro “de Fontanarrosa” es en realidad dirigido por Norman Ruiz y Liliana Romero y esta película hecha animación cuenta al ritmo de una rockera chacarera en 2D el primer poema, con la estética del rosarino creador amalgamando en sus característicos y angulosos trazos un reflejo de las pieles ajadas ante la constante exposición a la intemperie en contraposición con los suaves paisajes que cada escena acogieron.

Se lo oye mencionar al gaucho de Fontanarrosa que “…está comprometido con su tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas…” enfatizando la cuestión monetaria previamente mencionada, así como en el poema el autor sitúa al gaucho a la altura del héroe romántico, idealizando su vida, sus valores, su conexión con su tierra y la naturaleza, reconociendo también que transcurre en un momento de industrialización y tal vez en parte sea esta la causa de desconexión de la naturaleza.

Tan despojados andaban Fierro y Cruz en esta historia que sobre el final de esta historia no tienen para aferrarse más que a la memoria.
Pues si solo encuentra la tapera tal vez el único techo que les quede sean las estrellas, ese paisaje tan natural y distinto al suelo de pajonal que libre lo ha visto andar.

Por más que el no grato presente los encuentre aislados de la sociedad por culpa de los abusos de la necia autoridad.
La película cierra reflexionando sobre algunos, que nacieron para ser libres y no entienden de otra vida.

El texto de José Hernández transmite un fragmento de la historia, acusando abusos e ilustrando algunas tradiciones que de este país son propias.

Relata en primera persona el habilidoso gaucho entre quejas y sollozos, usando vocablos eruditos y a veces poco prolijos, la sonoridad de cuerdas que en primera persona versa, un gaucho que se lamenta y costumbres criollas aunque también gauchescas recuerda... Los errores del pasado y lo precioso del suelo cuenta cuando en libertad se lo atraviesa.

M. Victoria Iglesias, DG.
Natalia Vasconcellos, DT.
Victoria Weinsztok, DIS.


Bibliografía

Campodónico, H. C., compilador. (2010). El cine cuenta nuestra historia. Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
(2014). 180 años de José Hernández. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Museo de Arte Popular José Hernández.
Zeiger, C. (30 de mayo de 2004). El gaucho ilustrado. Página 12. Recuperado el 14 de noviembre de 2022. https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/6-1450-2004-05-30.html
Martín Fierro: la película. Wikipedia. Recuperado el 14 de noviembre de 2022.
https://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Fierro:_la_pel%C3%ADcula
Guillemental. (1 de mayo de 2020). Making Of - Martín Fierro, la película animada. You Tube. Recuperado el 14 de noviembre de 2022. https://www.youtube.com/watch?v=ZKHn9Sflb3s
Piña, Felipe. 17 de noviembre de 2020. Historia de nuestra historia. José Hernández: desde su infancia hasta El Martín Fierro. Podcast. Spotify.
https://open.spotify.com/episode/7ASWox02fAUFbk2dApF4s9?si=JrZQztPDSSufTesUacIhmg&utm_source=copy-link
Delacroix, E. 6 de febrero de 2020. JL Borges - El Martin Fierro.
https://open.spotify.com/episode/3R2pToV5gdjldpaC2XRssZ?si=C8iJd4RtTxquMPIhUeyd-w&utm_source=copy-link
Inchauspe, P. El gaucho y sus costumbres. Buenos Aires: Ámbar.
Vaca, Pablo. Aperos Criollos. Ediciones B, Grupo Z.
Inventario 31981 Ejemplar 1 Ubicación 84-3.
Fiadone, Alejandro E. El diseño indigena argentino: Una aproximación estética a la iconografía precolombina. La Marca Editora.
Inventario 29468 Ejemplar 2 Ubicación 80-2.
Assuncao, Fernando O. Pilchas criollas: Usos y costumbres del Gaucho. Editorial Emecé. Inventario 24041 Ejemplar 1 Ubicación 84-3. Imagen Vestimenta Gaucha en el Siglo 19 By www.cultura10.com - https://www.cultura10.com/vestimenta-del-gaucho/ , CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=74542639




Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image
Image


Centro de Documentación - Biblioteca.
''Prof.Arq. Manuel Ignacio Net''
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU)
Ciudad Universitaria
Pabellón 3 Planta Baja
C1428BFA - Ciudad de Buenos Aires - Argentina - Tel. (+5411) 5285-9356