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La emoción en el dibujo


Quiero que el Dibujo sea el eje de esta breve nota. No el Dibujo desde lo académico sino desde el acto de dibujar, desde el hacer, el sentir en el hacer, como gesto de auto conocimiento, de meditación. El Dibujo nos acompaña desde niños. Es una de las primeras habilidades del ser humano; antes de aprender a leer y escribir, ya habíamos aprendido a dibujar.

El Dibujo y el acto de dibujar fueron cambiando, no en su contenido ‒porque siempre nos va a contar algo de aquél que lo ejecuta‒ pero sí en la forma de expresarlo, en la forma de materializar lo más profundo de cada uno, a través de distintas técnicas. Dibujar es introspección, encuentro; es una búsqueda, donde se manifiesta emoción, sensibilidad, expresión y comunicación. Es una actitud de exploración, donde persiste un énfasis en la observación y la contemplación de lo que nos rodea. Es una mirada crítica de nuestro entorno.

También nos sirve como herramienta para la representación de objetos reales o de ideas que, a veces, no es posible expresar fielmente con palabras. Todas las culturas desde la antigüedad dejaron muestras claras de ello, manifestaciones pictóricas (como por ejemplo, en las cuevas de Altamira) donde nos contaban sobre las costumbres y modos de vida de aquel hombre. Aquí se refleja fielmente su carácter comunicacional.

Es en el Renacimiento cuando el Dibujo eclosiona. Por primera vez se estudia el método de reflejar la realidad con la mayor fidelidad posible. El Dibujo, de la mano de los grandes artistas renacentistas, cobra autonomía, adquiere valor propio en autorretratos y variados temas realistas. Se convierte en una forma de arte independiente. Además sirve como estudio previo imprescindible de otras artes, como la Pintura, la Escultura y la Arquitectura.

Luego, con las vanguardias artísticas (impresionismo, cubismo, surrealismo, entre otras) el Dibujo aportó algunas técnicas para expresar nuevos enfoques de la sociedad.

Intento rescatar la relevancia del acto de dibujar, siendo éste un lenguaje universal ya que sin mediar palabras es posible transmitir ideas que resulten comprensibles para todos. Quien dibuja se anima a dejar una huella, la propia, armando mundos imaginarios o reales, que nos permiten ver a través de trazos y formas. Así como dije antes que en el Renacimiento se intentó reflejar la realidad lo más fielmente posible desde principios ópticos, podríamos decir que en el Dibujo actual se trata de reflejar la realidad del artista, contada por el artista, su interpretación de ella.

Quiero citar a algunos artistas argentinos contemporáneos como Carlos Alonso, Eduardo Stupía, León Ferrari, Luis Felipe Noé, excelentes artistas visuales y dibujantes de una calidad plástica admirable.

Todos ellos, de una u otra forma, representan una corriente social en el arte, mostrando la pasión por la vida con su belleza y a la vez con su dolor, maldad, injusticias que les tocó vivir en carne propia o que fue vivida por otros. Existe una relación de unión entre realismo y sueños, permitiéndonos entender la vida a través de sus obras.

Para Luis Felipe Noé “el Dibujo es un lenguaje cuya unidad no es la palabra sino una línea; por lo tanto, un lenguaje de contenidos más sensibles que precisos”.

“Dibujar es un pensamiento lineal, una línea lleva a otra línea. Así como cada uno conoce lo que piensa en la medida que lo está pensando, uno sabe lo que dibuja en la medida que lo está dibujando. Dibujar es desenrollar una madeja tirando de un hilo, o sea, de una línea”. (Mis aproximaciones al Dibujo, Luis Felipe Noé, 1976).

Poética en el Dibujo: es lo que trasciende de la re-presentación del mundo a través del lenguaje de la línea. Lo que trasciende de una forma de conocer que puede estar dirigida a la aprehensión sensible de un objeto o a los mecanismos propios del Dibujo como pensamiento lineal, pero que siempre se concreta en una imagen. Una imagen que nos comunica más cosas que las que define (Mis aproximaciones al Dibujo, Luis Felipe Noé, 1978).

En Carlos Alonso, los sentimientos y la calidad gráfica de sus obras son suficientes para comunicarse con el espectador, realizando una mezcla de técnicas, incluyendo Dibujo y Collage, dejándose atrapar por la cualidad de la línea. Sus obras denuncian e interpelan. Entre la alegoría y el realismo crudo, las escenas donde retrata a sus personajes desencajados, permiten al espectador hacer una lectura de que algo sucede allí o que algo está por suceder (Andrés Duprat, Director del Museo Nacional de Bellas Artes, Muestra Carlos Alonso, Pintura y Memoria). Alonso nos deja una obra excepcional, permitiéndose que toda su energía transmita su verdad.

León Ferrari y su expresionismo abstracto, comprometido con la libertad ante todas las cosas, es un transgresor nato, dentro y fuera del arte. Su técnica y estrategias asumen las repeticiones, los montajes, la ironía explícita y sus reflexiones sobre la forma y sus modos de aparecer en el arte. Realiza variaciones sobre los gestos de la escritura basándose en garabatos y anotaciones. Cada obra es un conjunto complejo de signos con sus significados y su poesía (Virginia Agote, Secretaría de Cultura, Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, Provincia de San Juan, Muestra Escrito en el aire, 2013).

De Eduardo Stupía podríamos decir que busca encontrarle, una y otra vez, sentido al Dibujo. Se muestra como un alumno crónico, revelando la importancia de la búsqueda en el Dibujo. Trabaja con los materiales más básicos, pero no menos importantes, como el lápiz, el grafito, la carbonilla y la tinta. Se plantea cómo hacer cuadros con el Dibujo. Y se presentan dos desafíos para él: la obra sin color y la incorporación del collage con el Dibujo. En su obra insinúa paisajes, transparencias, superposición, jugando con los planos de profundidad; nunca es del todo un paisaje ( Fabián Legenblick, Lógica y poética de la materia, Página 12, 2010). Nos da la posibilidad, como espectadores, de prolongar el cuadro. Stupía se reinventa en la línea, generando espacios, dejando huellas, naturalizando el acto de dibujar.

D. G. Celia Román



Los invito a visitar algunos sitios web donde podrán conocer más sobre los artistas y ver sus obras:

León Ferrari
www.leonferrari.com.ar

Luis Felipe Noé
www.luisfelipenoe.com
www.scribd.com/document/454200709/r82-54nota-pdf

Eduardo Stupía
www.jorgemaralaruche.com.ar/eduardo-stupia/
www.ottogaleria.com
www.xippas.com

Carlos Alonso
www.wikiart.org
www.cultura.gob.ar/carlos-alonso-la-ilusion-es-que-el-arte-enriquezca-la-vida-de-la-gente_7026/

Atribuciones de imágenes:

Museo Nacional de Bellas Artes, 2015. Luis Felipe Noé, Enredados, 2015 jpg bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/museonacionaldebellasartes/35160902312/in/album-72157682158322203/

Museo Nacional de Bellas Artes, 2011. Luis Felipe Noé, Crac, 2011 jpg bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/museonacionaldebellasartes/35194786831/in/album-72157682158322203/

Museo Nacional de Bellas Artes, 2016. Eduardo Stupía, Sin título (Paisaje), 2004-2005 jpg bajo licencia CC BY-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/museonacionaldebellasartes/27211732494/

Ministerio de Cultura de la Nación, 2015. Planta, 1980 De León Ferrari jpg bajo licencia CC BY-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/culturaargentina/20131633548/in/photostream/

Ministerio de Cultura de la Nación, 2015. Flores, bichos y helicópteros, de León Ferrari jpg bajo licencia CC BY-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/culturaargentina/20293415706/in/photostream/

Museo Nacional de Bellas Artes, 2016. Carlos Alonso: Sin pan y sin trabajo (1966), acrílico sobre tela, 162 x 226 cm. jpg bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/museonacionaldebellasartes/30305345050


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