"Spinetta, los buenos libros de la memoria" es una pequeña pero profunda parte del universo íntimo del músico, aquel "de una poética de fuerte contemporaneidad con un lenguaje familiar, de nuestra ciudad, a la vez extraño y lírico que toma la herencia de la poética universal", como lo definió el director de la Biblioteca Nacional Horacio González.

Fotos, tapas de las legendarias revistas Pelo y Expreso Imaginario, programas de recitales como el de Obras en julio de 1980 cuando tocó junto a Pomo, Diego Rapoport y Pedro Aznar. "Nací como nace un capullo, como nacemos todos junto al amor de los niños que me dieron el sentido y el cuidado", se lee en una gigantografía de un manuscrito.

Esta exposición del hombre que con 62 años llegó a tener 40 discos en su haber despliega un universo inédito, como sus increíbles dibujos: criaturas humanoides, personajes urbanos mujeres con grandes pechos y cabezas de serpiente y la perla: autos de varios modelos y perspectivas con hechura profesional.

Entre sus prolijos manuscritos están las letras de "La bengala perdida" y "De tu alma", donde el músico señaló con flechas la secuencia de las estrofas. "Marcame y marca con tus ojos los navíos y las almas, sólo quitame, quitame las penas con tus labios, queme quema", se extiende gigante este manuscrito parte de "Guíame", ilustrado con uno de sus impactantes dibujos.

Guitarras como una Ovation 1617 que Spinetta usó para presentar "Kamikaze" en Obras en 1982, un dibujo del Flaco con el anillo del Capitán Beto de Ciruelo, entradas a recitales en el Gran Rex y en la Casa Suiza; programas desde Almendra hasta el Unplugged Estrelicia son algunos de los cientos de objetos en esta muestra.