El tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza de este año, “Juntos contra la pobreza”, pone de relieve la necesidad de una alianza verdaderamente mundial en la lucha contra la pobreza, en la que participen de manera activa tanto los países desarrollados como los países en desarrollo.

El primer Objetivo planteado en la Cumbre del Milenio refleja el compromiso de la comunidad internacional por disminuir considerablemente la extrema pobreza, lograr el empleo pleno y productivo y reducir el hambre para el año 2015. Este es el objetivo central de los ODM ya que refleja más directamente las intenciones plasmadas en la Declaración del Milenio.

La primera meta del Milenio (Meta 1A), "reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día", busca dar cuenta de las privaciones extremas que afectan la capacidad básica de las personas para desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Dicha meta ocupa un lugar central en el conjunto de los objetivos de desarrollo del Milenio, por cuanto la pobreza extrema guarda estrecha relación con carencias como la desnutrición, la mortalidad, la falta de educación y de acceso a agua y saneamiento, entre otras, que se encuentran reflejadas en las demás metas. Asimismo, las metas formuladas en el Objetivo 8 dan lugar a políticas que conducirían a aliviar la incidencia de la pobreza extrema a través de una mayor participación de la región en la Asistencia Oficial para el Desarrollo y un acceso mayor y más equitativo a los mercados internacionales.

La segunda meta del Milenio (Meta 1B) "lograr empleo pleno y productivo, y trabajo decente para todos, incluyendo mujeres y jóvenes" pretende evidenciar la estrecha relación que existe entre el mercado de trabajo y el mejoramiento de los aspectos materiales del bienestar de las personas y reconoce la importancia del empleo como mecanismo potenciador del progreso en los restantes ODM. Esta meta reconoce además la relevancia de las mujeres y los jóvenes en el aporte económico y productivo, y su situación de desventaja en el mundo del trabajo.

La tercera meta del Milenio (Meta 1C) "reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padece hambre" no sólo es parte de los ODM, sino que también ha sido reiterada en varios foros internacionales, consagrando así la importancia que tiene este problema para los países y la urgencia que demanda su solución. El hambre es la resultante de la inseguridad alimentaria y nutricional, la que se expresa, por un lado, en el consumo insuficiente de alimentos para satisfacer los requerimientos energéticos, y por otro, en la desnutrición. de allí que el progreso hacia su erradicación deba examinarse tanto en relación con la subnutrición asociada a la insuficiencia de alimentos para el conjunto de la población, como en su manifestación entre la población infantil, expresada como bajo peso y baja talla de niños y niñas menores de 5 años de edad.